Dos afirmaciones vienen primero a mi mente sobre el itinerario. Me alegro de haber pasado el primer escalón. Aún siendo consciente de que soy lento, me alegra saber que sigo corriendo. Además, lo leído en él hace bullir mi cabeza. Por lo que hasta el momento objetivo conseguido.
Los relatos de mirroshades hacen digeribles los ensayos leídos previamente. Jorge Bucay decía que las son más fácilmente comprensibles en un relato sencillo en forma de cuento. Esta es su gran utilidad.
De hecho, estoy haciendo hasta proselitismo de lo leído aquí.
En base a los relatos, veo el mundo que se nos presente como una ZTA en gestación que puede generar los mil mundos posibles entre la utopía y la distopía más infernal.
Eso sí, como no creo en que la realidad pueda alcanzar una distopía plena, sólo puedo conformarme con vislumbrar los ecos de ella en algunas partes del mundo. Tenemos ejemplos tanto de lugares como La Chapuza y la calle 400.
Sigo teniendo mis distancias con los adalides de los alucinógenos, pero comulgo con que una expansión sensorial y de profundidad de pensamiento (¿y por qué no inducida?) nos ayudaría a pefilar el futuro.
Para mi la antología Mirroshades refleja el amalgama de nuevas posibilidades que trae el mundo posmoderno. Lo veo como una intuición en forma de relato de las ecuaciones retroalimentativas que con forman la matemática de fractales.
Finalmente, como primer peldaño me parece un gran mito sobre el que sentar la base de una comunidad e incluso una tribu. ¡¡ Bravo indianos, vuestro itinerario es divertido de seguir!!(Eso ya es mucho decir en nuestro mundo académico!!) 😛
Hehe, yo también coincido con lo que dices al principio. Hace tiempo que no me dedicaba a esta clase de reflexiones y es (como mínimo) un ejercicio mental estupendo.
No sé si los escritores ciberpunk son en general conscientes de la crítica que realizan o es, como dices, una simple intuición con la que extrapolan el presente hacia el futuro. En cualquier caso, tengo bastante claro que el efecto es igualmente removedor de conciencias y que son una fuente de reflexión sobre cómo hemos llegado aquí y cómo puede derivar todo.
Finalmente, bueno, no llego a ver tanto como una ZTA generadora, pero sí que da la impresión de que las subculturas, tribus urbanas, grupos marginados y demás son carne de ciberpunk. ¡Ya tengo ganas de llegar a Islas en la Red para ver si ambas líneas se cruzan y cómo se desarrolla la hipótesis! 🙂