Aún residiendo fuera de España mi agenda pública es la de allí, todos los días me informo con medios españoles. Eso crea una pequeña distorsión entre lo que uno lee, que es lo que está dentro de tu cabeza, y lo que uno percibe con los sentidos, lo que ve en el día a día.
Dónde yo vivo no se tiene esa sensación de continua de pesimismo que hay en España, aunque ya hay signos de que podemos ir por el mismo camino. Eso sí, en la colonia española se hace patente la continua sensación de agobio que produce el tener la enorme caja de resonancia de los medios repitiendo todo el día que España está hecha un desastre y que va a peor.
Apoyado quizá en cierto optimismo patológico intento pensar que se tiene que poder salir por algún lado… que no todo está perdido. Sin embargo, el menú diario de alarmas e incertidumbres sumado a la pertinaz lucha de los que mandan por intentar convertirnos en un país de camareros (oficio que merece más respeto que el de político a los ojos de cualquier hombre de bien) hacen mella en la moral de cualquiera.
Así que sí, lo han conseguido: estoy preocupado por la situación en España. Pienso que se nos ha ido de las manos la necesidad de aparentar. Sin embargo, ahora quieren que volvamos a la senda de la rectitud a base de competir en salarios bajos y contratos temporales. Eso significa que tenemos a algunos que se han prejubilado con 50 años y a otros que sin haber llegado a los 30 hemos sido becarios varias veces.
Pues (perdón con la expresión) JODER es normal que la gente se vaya a buscarse la vida. Y que no se engañen, si esto dura lo suficiente como para que esa gente establezca del todo su vida fuera no van a volver como locos cuando la cosa escampe.
No sé, en general soy optimista y pienso que la crisis viene bien para espabilar a nuestra sobreprotegida generación… ¡¡¡pero igual tras diez años de selección natural no queda en españa ni el tato para sostener el chiringuito!!!