Entre todas las cosas que he leído sobre la situación económica de España durante el último año, este puede que sea el más impactante. El artículo defiende que la caída de poder adquisitivo de los españoles en esta crisis supera a la que sufrieron los americanos durante la gran depresión.
Además, durante las pasadas Navidades tuvimo es famoso anuncio de Campofrío. Aunque alguien ya dio una explicación mejor redactada que la mía sobre la opinión que el vídeo nos merece a algunos; no puedo resistir a dar un pequeño apunte. ¿De verdad es para celebrar que los pensionistas del país estén manteniendo con su pensión a gente de dos generaciones posteriores? Y, además, ¿alguien se cree que si un español que se fue por necesidad encuentra un buen trabajo va a volver? La gente de ese perfil, si toma la decisión de moverse ya no lo vuelve a hacer. Sinceramente, en España parece que haya dos opiniones públicas la de Campofrío y la de los foros. Además, dista tanto una de la otra que da sensación de no ser el mismo país.
Por otro lado, para los que tratamos de estar en el segundo grupo… siempre tenemos a los Países Nórdicos como un ejemplo a seguir en cuestiónes de cohesión y avance social. Aunque no es oro todo lo que reluce y hay que saber poner siempre todas las noticias en su contexto.
Así que, ahora, para tratar de evitar los efectos de la gran depresión hemos hallado la llave mágica. ¡¡Vamos hombre!! Estamos llegando dos generaciones tarde a que la gente hable por lo menos la lengua inglesa. Para mi es, desde luego, imprescindible pero no se puede tener como un gran logro sino como un pequeño paso más en el camino del progreso.
Si la salida del país ha sido voluntaria el caso de la chica de la maleta no es tan sangrante. Sin embargo, si has tenido oportunidad de hablar con gente que no hubiese salido de España sino se hubiesen visto forzados, entiendes lo duro que puede llegar a ser y te duele que algo así se banalice para algo tan espúreo como vender salchichas. Aunque dejemos de lado las consideraciones políticas, una vez más, podemos constatar que algo se está descomponiendo en la sociedad española y está expulsando de su seno a personas que jamás hubiesen deseado salir de allí.